La técnica FIV ha evolucionado de forma que al realizarse mediante inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI por sus siglas en inglés), puede lograrse de forma mucho más efectiva la fecundación que mediante la FIV convencional. En este proceso se lleva a cabo un tratamiento previo de estimulación ovárica en la mujer que va a concebir, de forma que se consigan estos gametos a la hora de la extracción con la mejor calidad posible. Por otro lado, al hombre se le toma una muestra de semen de la cual, tras ser procesada en el laboratorio, se seleccionan los espermatozoides que serán fecundados uno a uno en los óvulos.

Actualmente es la técnica más usada y con mejores tasas de éxito. El proceso dura aproximadamente un mes hasta la transferencia de embriones al útero de la paciente.

Tras un estudio previo del (los) paciente(s), para determinar su problema de fertilidad y estudiar su caso, se recurre a esta técnica en las siguientes situaciones:

• Ante la edad avanzada de la mujer
• En baja calidad ovocitaria o escasa cantidad de óvulos fértiles
• En casos en los que los espermatozoides de la pareja son extraídos mediante biopsia testicular.
• Varones con azoospermia.
• Mujeres con endometriosis severa, que padezca alguna patología en las trompas o ante la ausencia de éstas.
• Después de usar otras técnicas menos avanzadas como la inseminación artificial sin éxito.

Tras 36 horas aproximadamente de haber recibido la fase final de fármacos madurativos, se realiza la punción folicular. En ella, se extraen los ovocitos de la mujer mediante punción del ovario a través de la vagina. Este proceso es indoloro ya que se realiza con anestesia.

Por otro lado, tras la selección de los embriólogos en la muestra espermática de los gametos de mejor calidad, se procede a realizar la fecundación en el laboratorio mediante inyección intracitroplasmática. En este proceso, los embriólogos seleccionan un espermatozoide por cada óvulo que fecundan, consiguiendo así mayor éxito que en la FIV convencional. una vez conseguida la fecundación mediante ICSI, se congela el embrión o los embriones para controlar mediante cultivo su desarrollo y ser transferido a la mujer al cabo de 5-6 días.

Una vez lograda la fecundación in vitro, los embriones resultantes se desarrollan en una incubadora de tecnología avanzada, donde se controla su evolución a través de cámaras de alta resolución. En esta incubadora, el avance embrionario se desarrolla en condiciones similares a las que lo haría en el útero de la mujer. Mientras la mujer se somete a un tratamiento hormonal para favorecer el embarazo una vez se transfieren los embriones.

La transferencia es totalmente indolora, no requiere anestesia y se realiza en unos 30 minutos en quirófano. Si se obtiene más de un embrión durante el proceso de cultivo, los que no son transferidos se conservan mediante la técnica de vitrificación.